Ecosistemas de innovación: ¿Cuál es el rol del estado, el de los empresarios, y el de los emprendedores?
En Ecuador, las carretas de hot dogs, los empresarios históricos, y los líderes motivacionales son considerados emprendedores y, a veces, innovadores. Ésto se debe a una falta de claridad en definiciones, y especialmente porque el término, al igual que innovación, disrupción, entre otros, se han vuelto "buzzwords", palabras de moda. Por ende quiero empezar con definiciones:
Definición: Emprendedor “de Isenberg”
Un emprendedor bajo definición de Dan Isenberg de Babson College es una persona que “identifica, crea, y captura, valor extraordinario”, independientemente de su situación política/económica, y obviamente, logra creativamente evitar/saltar las barreras de su entorno para pulir su expertise, lograr economías de escala, y ser competitivo.
El emprendedor de Isenberg es resultado de competencias y factores que lo ayudan a llegar al punto de éxito. El contrarianismo es una de ellas. Sin embargo, el entorno es otra. Preparar un entorno local para el éxito de un emprendedor de Isenberg que podría escoger salir del país en cualquier momento no es una tarea trivial.
Definición: Innovación orientada a impacto
En el Centro de Emprendimiento e Innovación i3lab de ESPOL, creemos que la innovación es un invento que generó valor. Es decir, que fué útil y adoptado por alguien, que logró generar impacto. Por ende, un invento que no ha generado valor económico, social, o ambiental claramente medible, no puede considerarse una innovación, así tenga todo el potencial de hacerlo. Por ende, la innovación e impacto se miden en retrospectiva.
¿Cómo medir la innovación? Por lo anterior, es importante medir el verdadero éxito e innovación con métricas en el tiempo. Las métricas de impacto no deben ser “número de proyectos participantes”, “número de universidades trabajando en innovación”, o “cantidad de dinero invertido en el programa X”. Esas son métricas de proceso. Debemos buscar métricas de resultados, como “número de trabajos creados”, “retorno en impuestos de la inversión sobre el dinero público invertido”, o “nuevos ingresos por sector industrial”, “número de nuevos clientes/colaboraciones por año”, “ingreso promedio por aplicación del programa X”.
Es bueno pensar que necesitamos fortalecer y tecnificar nuestras industrias históricas, además de jugar “catch up” con países que nos seguirán llevando la delantera en otras. Además, ese catch up no se mide con número de intentos, sino con cuantificación de resultados.
Definición: Inversionista de largo plazo
En Ecuador aún no existe la cultura de inversión en startups. Existen personas con dinero e incluso intenciones de apoyo al ecosistema que se hacen conocer como inversionistas tecnológicos. Sin embargo, al igual que con emprendimiento e innovación, es necesario educarlos en buenas prácticas de inversión.
Para un inversionista internacional que piensa en expandir su capital, es más atractivo crecer su capital en una economía en dólares o euros que lo es para una economía en devaluación constante. Por ende, es muy raro para un inversionista latino tener una visión a largo plazo sobre nuevos negocios. El estado apoya proyectos de inversión, pero pocos leen la letra chica de los reglamentos de incentivos.
En general, para un startup founder, el capital está afuera. Y para un emprendedor que le apunta a Silicon Valley, es estratégico estructurar su empresa para inversión como los inversionistas quieren. Para eso existen servicios como Stripe Atlas. Asímismo, existen varios programas de softlanding para empresarios que quieren abrir operaciones en el extranjero.
Ante eso me pregunto, si un emprendedor tiene visión global, ¿cuál es el incentivo para crear una empresa en Ecuador?
Es difícil ser innovador en la economía ecuatoriana
Si bien los salarios son más bajos en países vecinos, es posible ser rentable con modelos de near shoring y manufactura con calidad diferenciadora de producto/servicio con economías de escala y experiencia.
Pocos empresarios visionarios caen en cuenta que es necesario reinventarse para mantenerse competitivos, la mayoría comercian y buscan que sus proyectos logren abaratar sus costos o hacer más efectivos sus procesos. Pocos le apuestan a su sobrevivencia y cómo blindarse o estar listos para las tendencias tecnológicas del futuro. Lo vemos en agricultores que no apuestan a orgánicos, productores acuícolas o agrícolas que silencian la inminencia de enfermedades hasta que es inevitable, o incluso en empresas que "crean dificultades para generarse oportunidades". Ante una realidad económica difícil, la reacción lógica es sobrevivir a toda costa.
Es por eso que incluso varios emprendedores locales rentables "cachuelean en lo básico", o tienen un negocio tradicional que alimenta sus proyectos tecnológicos o de innovación. En otras palabras, emprender en Ecuador es viable, pero es necesario saber manejar múltiples fuentes de ingresos de forma estratégica para suplir la falta de inversión.
La academia es una vía local para ser competitivo
La ruta idónea es trabajar junto con la academia. Los investigadores expertos son claves para asegurar la competitividad de las empresas en la región, e incluso para explorar oportunidades de diversificación. Casos de cómo la industria del camarón puede ser más productiva con bioproductos o proyectos tecnológicos, casos de cómo la visión por computadora puede usarse para el agro, cómo lograr abaratamiento por eficiencia energética, o cómo las tecnologías interactivas pueden mezclarse con pre-venta de servicios y simulaciones de productos, todos vienen de la academia. Lo sé porque trabajo en transferencia tecnológica y colaboro en programas de pre-aceleración y consultoría en innovación y lo he visto.
Emprendedores puliendo su modelo de negocios, empresarios probando prototipos innovadores en campo, empresas tecnológicas cuya ventaja competitiva injusta es una patente que nació de investigación, el estado apoyando líneas de investigación con potencial productivo, fondos para incubación de proyectos derivados de investigación, programas de landing internacional orientados a empresas pequeñas y medianas con objetivos de expansión. Todos naciendo de universidades en el mundo, y con métricas medibles de impacto.
El secreto está en colaborar con los investigadores para enfocar su trabajo hacia la demanda. Es requerido que los empresarios entendamos que la investigación se demora, que no todo resultado de investigación genera impacto a corto plazo, que la investigación requiere de inversión, y que los prototipos requieren de financiamiento para madurar. Los proyectos de investigación generan know-how, fórmulas secretas, prototipos, spin-offs, startups, o incluso patentes que se pueden transferir a la industria, y crear considerable valor.
Ante el Argumento de Diferenciación y Competitividad
Conozco de casos en donde ecuatorianos son globalmente competitivos por su clara diferenciación en tecnología y procesos (a veces no muy conocidos). Por supuesto, han pulido durante años su expertise y velocidad para poder hacerlo.
También conozco de empresas e instituciones que han fracasado miserablemente en su gestión, nuevas empresas creadas de la noche a la mañana y empresas privadas incautadas/expropiadas, tanto en Ecuador como en otros países latinos, que no han capturado valor incluso luego que dichas empresas eran rentables antes de su cambio de mano.
Lógicamente, es común ver instituciones (especialmente públicas) que invierten en proyectos demostrando resultados, generalmente con métricas de vanidad, para hacerse ver exitosos.
Asumir que no somos competitivos o que no tenemos capacidad de producción, o que nuestro éxito como país depende directamente del estado, es una falsa premisa. Es inútil y contraproducente para un gestor público decirle a los empresarios dónde están las oportunidades, sin tener experiencia en sus disciplinas. El estado debe ser una catapulta para el éxito, pero no debe guiar ni sectorizar las oportunidades. Ese es el trabajo del emprendedor.
Libros recomendados
Recomiendo "Industries of the future", "Worthless, Impossible, and Stupid", "Handbook on the knowledge economy", "The Startup Nation", y "The Innovator's Dilemma" para entender factores de éxito y sacar conclusiones de lo aplicable a nuestro contexto.
